La bicapa lipídica con proteínas asociadas que conforman un mosaico fluido, es el modelo más aceptado para la composición de las membranas celulares, incluyendo las de las plantas (Figura 6). En este modelo la bicapa está compuesta de fosfolípidos anfipáticos que exponen sus extremos hidrofílicos al agua, mientras que sus extremos hidrófobos están inmersos en el interior de la bicapa, alejados de los ambientes acuosos. Inmersas en la bicapa se hallan proteínas cuyos extremos pueden sobresalir hacia el exterior de la célula o hacia el citoplasma, según su función, a las cuales se denomina proteínas intrínsecas. Anexas a la membrana plasmática o plasmalema, hay también proteínas periféricas o extrínsecas, que poseen propiedades enzimáticas pero que no forman parte integral del plasmalema.
Representación esquemática de la bicapa lipídica que conforma las membranas plasmáticas de los eucariotas. Los fosfolípidos son representados con una “cabeza” redondeada polar y unas “colas” onduladas hidrófobas. Hay además proteínas transmembranales que abarcan todo el ancho de la bicapa, así como también proteínas periféricas. Es común que tanto las proteínas como los lípidos tengan adheridas moléculas de glúcidos, constituyendo las glicoproteínas y los glicolípidos, respectivamente.

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