El tallo es un órgano modular, es decir, está constituido por unidades básicas similares (módulos), que dan origen a una estructura estructuralmente predecible pero morfológicamente muy variable. Su estructura repetitiva se basa en un nudo (con hoja y yema) y un entrenudo, y es denominada fitómero.

El nudo es el punto del tallo donde de origina una hoja con su correspondiente yema axilar, mientras que el entrenudo es la porción de tallo que se encuentra entre dicho nudo y el siguiente. Debe mencionarse que el primer aspecto que aporta variabilidad morfológica al tallo es la disposición de las hojas, la cual no es aleatoria ya que por el contrario siguen un patrón genéticamente definido, al cual se denomina filotaxis (Figura 5). Si bien la filotaxis se revisará con más detalle en el capítulo 8, concerniente a la hoja, puede adelantarse aquí que las hojas se clasifican con base en su disposición espacial en el tallo, en tres tipos básicos: 1) alternas, cuando se origina una sola hoja por nudo, 2) opuestas cuando son dos a ambos lados del nudo y 3) verticiladas cuando son más de dos por nudo.